México presentó el pasado jueves 11 de abril su denuncia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por la irrupción que hizo Ecuador en su Embajada en Quito, el pasado 5 de abril, para aprehender al exvicepresidente Jorge Glas, quien tenía una orden de captura por un caso de peculado.
En ese documento, además de pedir que Ecuador sea expulsado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mientras no reciban disculpas publicas, y que la CIJ otorgue medidas cautelares, se describe que las fuerzas del orden de Ecuador espiaron a sus funcionarios diplomáticos.
Esto corresponde a otra violación más de la Convención de Viena, señaló Alejandro Celorio, Asesor Jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, en la conferencia de prensa diaria de Andrés Manuel López Obrador, del pasado jueves.
Ecuador violó la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas al violar la inmunidad de la embajada al irrumpir sin autorización sin ningún derecho el local de la embajada (…) Viola Ecuador la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas al intervenir en nuestras comunicaciones”, afirmó Celorio.
En el documento presentado ante la Corte Internacional de Justicia, México indica que el 4 de abril, cuando su embajadora Raquel Serur fue declarada persona non grata, sus funcionarios notaron que fuera de la Embajada estaba estacionado un vehículo táctico militar, el cual sería utilizado para intervenir las comunicaciones celulares.
En ese día, Roberto Canseco, subjefe de la misión diplomática que fue agredido durante la irrupción, aseguró que un vehículo sospechoso lo seguía, cuando el salió de la Embajada.
Para eludir tal carro, ejecutó varias maniobras estratégicas; sin embargo, persistía en su seguimiento. Al final, Canseco salió de su vehículo para enfrentarse a los seguidores, lo que provocó que el otro carro se marchara apresuradamente.
Eva Martha Balbuena Reyes, jefa de Administración de la Embajada, denunció que fue perseguida el 5 de abril, cuando se conoció que México le dio el asilo político a Jorge Glas, por agentes de policía mientras conducía su vehículo, lo que la llevó a regresar a las instalaciones diplomáticas por temor a su seguridad.
Finalmente, en el momento de la incursión a la Embajada, Canseco y Balbuena se dieron cuenta de que la señal de sus teléfonos celulares no funcionaba, probablemente debido a la interferencia del vehículo militar táctico, y que el teléfono fijo del guardia de seguridad de la Embajada no funcionaba, debido a que agentes ecuatorianos arrancaron los cables telefónicos.