November 25, 2024

La crisis energética que reventó esta semana genera un sinnúmero de interrogantes en la opinión pública por las decisiones radicales que adopta el Gobierno.

Daniel Noboa inició su gestión en medio de apagones, hubo diagnóstico y reconocimiento de las acciones a tomar para hacerle frente al problema, ¿se lo hizo? La respuesta es no. No se apuró el mantenimiento de las termoeléctricas, no se contrató la generación adicional que se requiere, no se desarrolló un plan de ahorro. La pregunta es ¿por qué?

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Resulta que el Gobierno señala que el domingo fueron alertados de la situación crítica en las hidroeléctricas. Y eso plantea nuevas dudas, ¿Realmente es tan sencillo ocultarle al presidente información sobre las vulnerabilidades de los sectores estratégicos? Si la respuesta fuera que sí, la otra pregunta sería: ¿Nadie está encargado de darle un seguimiento exhaustivo a los temas urgentes del país?

De esto devienen nuevas dudas, porque el gobierno afirma que recién se entera que las cosas estaban tan mal con el nivel de los embalses, esto pese a los anuncios y advertencias y llamados que se hacían desde distintos sectores, empresarios, expertos, colegios de profesionales incluidos.

Esto pese a que desde Colombia se advertía que no iban a comprometer su abastecimiento interno por venderle energía a Ecuador, entonces, ¿No había una célula interministerial midiendo minuto a minuto la realidad del sector eléctrico y el avance de las acciones dispuestas para hacerle frente a la crisis? ¿Qué tan gruesa es la burbuja que rodea al poder?

Además, ¿la crisis pudo ser gestada por una sola persona o por 22 sin que nadie lo advierta, sin que nadie lo impida? ¿Si hubo omisiones de la exministra de energía por qué nadie lo advirtió si mensualmente, se ha dicho, se evalúan con KPI, es decir con indicadores claves de rendimiento, a los miembros del gabinete? ¿Qué hace el secretario de la Administración Pública? ¿no se supone que es quien lleva el control del cumplimiento de la hoja de ruta de los ministros?

Lo cierto es que el Gobierno tuvo casi cinco meses para gestionar algunas acciones y no se hizo nada. Hoy se culpa a medio Ministerio de Energía, incluida la exministra, de quién se recuerda que no tiene estudios en esa materia, pero, ¿por qué lo que hoy se critica no se lo observó a la hora de nombrarla? y, ¿de verdad la ministra Arrobo se mandaba sola?

Al final, resulta evidente que hay una cadena política de fallos gracias al cual nadie en Carondelet se dio cuenta de que el país estaba al filo del abismo hasta que sintieron el vértigo de la caída. Si se pregunta quién se va a hacer cargo de ello, solo hay silencio, un silencio que, ese sí, no se apaga.

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