Las protestas contra la construcción de una megacárcel en Napo han paralizado el cantón Archidona, afectando severamente su economía. Durante seis días consecutivos, el 90 % de los locales comerciales han permanecido cerrados, mientras que las pocas tiendas que abren lo hacen a medias, limitando sus horarios y productos disponibles. Los hoteles, normalmente un punto clave para el turismo, están casi vacíos. Según la Cámara de Turismo Provincial, las pérdidas económicas ya superan los 250 000 dólares.
La Troncal Amazónica, principal vía de conexión en la región, permanece bloqueada en varios puntos, lo que ha agravado la situación. Muchos de los manifestantes provienen de Archidona, que hoy luce desolada. En su avenida principal, que solía ser el corazón comercial del cantón con 550 locales, solo 50 establecimientos permanecen operativos, principalmente panaderías y tiendas de productos básicos. Sin embargo, los comerciantes reportan pérdidas de hasta un 70% en sus ingresos diarios.
El sector turístico ha sido uno de los más golpeados. Más de 400 operadores turísticos han perdido el 95 % de sus reservaciones. En Archidona, 25 establecimientos de alojamiento enfrentan una crisis sin precedentes. El hotel más grande de la ciudad, con capacidad para 130 huéspedes, apenas recibe 20 por día. Esta baja ocupación obligó a su propietario a enviar a sus empleados de vacaciones anticipadas.
La paralización también ha dejado varados a unos 200 transportistas de materiales como madera y hierro. Henry Gómez, uno de ellos, quedó atrapado en la vía Archidona-Tena y lleva seis días sin poder avanzar. Esto ha duplicado sus pérdidas económicas, ya que un flete que vale 1 500 le ha costado más de 3 000 por los días sin actividad.
El transporte urbano y de taxis en Archidona está suspendido, mientras que en el cantón vecino de Tena, el servicio ha comenzado a reactivarse gradualmente desde el sábado. No obstante, el impacto económico y social sigue siendo profundo en toda la provincia.
Las autoridades locales y provinciales enfrentan un desafío urgente para restablecer el orden y minimizar las pérdidas económicas. La megacárcel, motivo de las protestas, ha encendido un debate sobre las prioridades del desarrollo en la región, con demandas de los ciudadanos para que se prioricen proyectos que generen oportunidades y respeten el equilibrio social y ambiental.