Familiares de los reos de la Cárcel Regional de Guayaquil, donde en la víspera hubo un motín, protestan este jueves 28 de marzo afuera del reclusorio. Piden un mejor trato para los privados de libertad.
“Estamos cansados. Se les llevan la ropa y no les dan de comer. Deben darse cuenta que son seres humanos”, dijo a Ecuavisa la madre de un recluso, quien viajó desde Portoviejo para conocer si el hombre, detenido desde hace cinco años, estaba bien.
El plantón de este jueves lo conformaban unas 20 personas, la mayoría mujeres, quienes exigían un pronunciamiento oficial de las autoridades.
El motín de este miércoles no dejó víctimas, según información oficial. El presidente de la República, Daniel Noboa, informó alrededor de las 23:00 que se había retomado el control del Centro de Rehabilitación Social Guayas N. 4, nombre oficial de la Cárcel Regional.
“Agradezco la valentía del bloque de seguridad que en un operativo profesional, urgente y de gran escala desplegado por las fuerzas del orden, neutralizaron la revuelta antes de una posible escalada”, señaló el gobernante en un mensaje en redes sociales.
La revuelta ocurrió a menos de dos semanas de que concluya el estado de excepción declarado por Noboa, quien en enero decretó además el inicio de un conflicto armado interno.
El estado de excepción conllevó el despliegue de militares en las cárceles con el objetivo de arrebatar el control de las prisiones a las bandas criminales.
Los hechos de este miércoles en la Cárcel Regional de Guayaquil comenzaron ya entrada la noche, en unos disturbios donde se escucharon detonaciones desde el interior de la prisión, y hubo fuegos provocados por los reclusos con la quema de colchones, según varios videos difundidos en redes sociales.
Los presos protestaban por el trato de los militares dentro de la prisión. “Esos manes nos tienen humillados”, dijo un reo en un video que fue transmitido desde la prisión.
Durante la militarización de las cárceles, varias organizaciones han denunciado violaciones de derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas, una acusación que el estamento militar ha rechazado siempre de plano al aducir que su actuación se apega a la legalidad y a los derechos humanos.
La Cárcel Regional de Guayaquil ha sido una de las más intervenidas por la Policía y las Fuerzas Armadas durante el estado de excepción, con recurrentes operativos para requisar armamento y objetivos prohibidos a la población penitenciaria.
De esta prisión se escapó entre finales de diciembre e inicios de enero el narcotraficante José Adolfo Macías Villamar (alias Fito), cabecilla de la banda criminal -hoy considerada terrorista- Los Choneros. Él cumplía una pena de 34 años de cárcel por narcotráfico, asociación ilícita y homicidio.
La Cárcel Regional de Guayaquil es la segunda prisión más grande de Ecuador con unos 4 500 reos en su interior, sólo superada por la adyacente Penitenciaría del Litoral, que tiene en su interior a unos 5 500 reclusos.