Las lluvias de viernes y sábado en París ensuciaron el Sena y obligaron a cancelar el primer entrenamiento de triatlón en el río, aunque los organizadores olímpicos “confían” en celebrar las pruebas martes y miércoles, anunciaron la madrugada del domingo.
El comité organizador de los Juegos, la Unión Internacional de Triatlón y las autoridades locales tomaron “la decisión conjunta de cancelar la parte de natación del triatlón de familiarización”, previsto para el domingo, debido a que los “niveles de agua no presentan suficientes garantías”, indicaron en un comunicado.
El río que atraviesa París fue declarado apto para nadar tras pruebas efectuadas a mediados de julio, aunque persistieron dudas de si serían adecuadas para la competición.
Sin embargo, los organizadores advirtieron la tarde del sábado que los aguaceros de la vísperas podrían haber degradado la calidad del agua.
Los organizadores, que se reunieron para analizar la calidad del agua en el Sena, “recordaron que la prioridad es la salud de los atletas”, por lo que suspendieron esa parte del entrenamiento de triatlón.
El triatlón es la primera prueba olímpica prevista en el Sena, antes de la natación en aguas abiertas la segunda semana de los Juegos.
“Dadas las previsiones meteorológicas para las próximas 48 horas, (los organizadores) confían en que la calidad del agua volverá a estar debajo de los límites antes del inicio de las competiciones de triatlón el 30 de julio”.
Señalaron que con las condiciones veraniegas de julio, de más sol y ausencia prolongada de lluvias, “la calidad de agua del Sena ha mejorado notablemente”.
En caso de fuertes lluvias, aguas residuales sin tratar pueden ir a parar al río.
Si la calidad del agua llega a presentar niveles elevados de contaminación, una alternativa sería aplazar la competencia unos días o trasladar la natación de triatlón a Vaires-sur-Marne, en el río Marne al este de París.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, nadó el 17 de julio en el Sena junto al jefe del comité organizador de los Juegos, Tony Estanguet, para demostrar que las aguas del afluente eran aptas para nadar.