Habían pasado pocos minutos de las 19:30 del pasado miércoles y el fiscal Fabián Salazar posesionaba a los 14 peritos criminalísticos que trabajarían en las reconstrucciones balística, 3D y de los hechos que se dieron la noche del asesinato, mediante un disparo de un fusil HK, del policía Froilán Jiménez, el 30 de septiembre de 2010.
La asistente de Fiscalía una a una nombraba a las 38 personas que participarían de la recreación, de un total de 200 que fueron convocadas a la diligencia.
Oficiales del Ejército, comandos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), abogados, peritos… todos se juntaban en la subida de la avenida Mariana de Jesús, frente al Hospital de la Policía, a menos de diez metros de donde cayó Jiménez mientras resguardaba –hace casi ocho años– la evacuación del expresidente Rafael Correa.
El fiscal instalaba la diligencia a pesar de que los 56 voluntarios del Grupo Especial de Operaciones (GEO) del Ejército que participaron en el operativo no se presentaron.
Edwin Romero, abogado de los Jiménez, advertía que la ausencia de los 56 uniformados nombrados en la versión del general Luis Castro, excomandante del Ejército que lideró el 30-S la evacuación, sería un incumplimiento de los jefes militares, por el que se iniciarán acciones. Solo siete oficiales del Ejército estaban a esa hora.
La prensa era desalojada del lugar, mientras que los testigos, entre ellos, el periodista Hernán Higuera, cinco oficiales parte del Grupo 25 del Ejército y los dos militares procesados Wilson R. y Vicente N., eran llevados hasta el Departamento de Criminalística para tener sus versiones del hecho.
Castro fue el primero que hizo saber a Salazar en qué lugares estuvo la noche del 30-S. Explicó a los peritos que, una vez que se dio la operación, él se apostó detrás de una edificación para evitar las balas.
Desde el sitio, no habría visto quiénes disparaban detrás del jeep rojo estacionado ni observó la evacuación.
La reconstrucción continuó con lo ocurrido detrás de la casa de salud policial. Parte de los 84 miembros del GIR convocados y que estuvieron en esa zona participando de la acción recrearon lo que sucedió.
A las 21:24 en la entrada del Hospital de la Policía un Toyota Prado negro era colocado para simular el Nissan Patrol plateado en el que salió esa noche Correa. Un policía del GIR vestido con un overol negro y con casco simulaba ser Jiménez.
El perito daba indicaciones de que todos caminen lento para captar paso a paso la salida. Al 4×4 lo rodeaban cerca de 20 agentes que estuvieron el día de la evacuación. Al llegar a la puerta principal del hospital el perito hizo una parada, para que los testigos actúen como lo hicieron esa noche.
De un lado el vehículo negro ya con menos participantes continuaba su recorrido como en la noche del 30-S; mientras que del otro un jeep color concho de vino pretendía ser el jeep rojo en el que estaban tres militares, uno de ellos supuestamente fue quien disparó.
A las 22:05 se recreó la caída de Jiménez. Los flashes de cámaras y luces láser usados por los peritos servían para captar la información que será entregada en un informe.
Fuente: eluniverso.com