A pocas horas de que se inicie la fase de sustanciación en la que el correísmo intentará probar las acusaciones en contra de la canciller, Gabriela Sommerfeld, ella asegura que un juicio político no será en su contra, sino del país.
En un comunicado, la funcionaria reiteró que presentó más de 20 pruebas de descargo sobre las tres acusaciones que le imputan en la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional. Agregó que eso demuestra el “pleno cumplimiento” de sus funciones como ministra de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana.
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Sommerfeld es señalada por el conflicto diplomático entre Ecuador y México, desencadenado por la irrupción en la embajada de ese país para capturar a Jorge Glas.
“Hemos enfrentado con dedicación el proceso que México presentó en contra del Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia, el mismo que no dista en sus argumentos del presentado en mi contra en la Asamblea; esto convierte al Juicio Político en un proceso que no está en contra de Gabriela Sommerfeld, sino de nuestro país, Ecuador”, dijo la Canciller.
Adelantó que, junto a su equipo legal, seguirá defendiendo lo actuado, pues considera que no es más que “cumplir a cabalidad nuestras delicadas funciones”.
El correísmo se queda solo en el juicio político
El proceso contra Sommerfeld aún se encuentra en la Comisión de Fiscalización. En esta mesa legislativa, de mayoría correísta, se puede aprobar un informe que recomiende su destitución.
Posterior, en el Pleno de la Asamblea se requieren 92 votos (mayoría absoluta) para proceder con esa recomendación, pero la Revolución Ciudadana solo tiene 48 voluntades. Incluso si se suman los independientes alcanzan 67 votos favorables para la destitución.
La bancada oficialista, que tiene 34 asambleístas, votará en contra.
Construye ya anticipó el 15 de julio que no respaldará el juicio político contra Sommerfeld. Y este 17 de julio el PSC indicó lo mismo. Con esto, la Canciller se logrará salvar de la destitución.
La solicitud de juicio político en su contra fue impulsada por el correísmo, después de que el Gobierno arremetiera en la Embajada de México en Quito para capturar a Jorge Glas