September 19, 2024

Una vez que el Consejo de Administración Legislativa (CAL) de la Asamblea Nacional decidiera suspender el pasado 17 de mayo los dos juicios políticos contra Diana Salazar hasta nuevo aviso, analistas centran su atención en que se vigile el proceso de elección del nuevo fiscal general, el cual debería designarse hasta abril de 2025.

En el programa Políticamente Correcto del domingo 19 de mayo, Santiago Basabe, consultor político y catedrático de FLACSO Ecuador, señaló que la llegada del nuevo fiscal general podría coincidir con las próximas elecciones generales del próximo año.

Basabe sostiene que el Estado debe nombrar al nuevo fiscal general antes de los comicios de febrero, para evitar que el nuevo gobierno pueda influir en la selección de la autoridad de control para su beneficio. “Ojalá que se elija al nuevo fiscal antes de las elecciones; de lo contrario, tendremos nuevamente a fiscales mequetrefes y parte de la delincuencia organizada”, advirtió.

En la misma línea, María Sol Borja, periodista de investigación, sugiere a la ciudadanía vigilar de cerca el concurso de fiscal, que está a cargo del CPCCS y el Consejo de la Judicatura. Según Borja, la relación entre Daniel Noboa, presidente de la República, y Álvaro Román, titular encargado del Consejo de la Judicatura, es una alerta sobre una posible intervención del Ejecutivo en la Función Judicial.

“Este es momento para que haya toda la vigilancia ciudadana para que estemos pendientes de cada uno de los procesos de la elección del nuevo fiscal”, afirmó Borja.

No hay candidato que capitalice el apoyo electoral de Diana Salazar

Sara Ortiz, periodista de Diario Expreso e invitada al panel, habló sobre el futuro de las elecciones presidenciales en 2025. Para la analista, queda la interrogante sobre qué candidato podría capitalizar el apoyo ciudadano que queda huérfano tras la decisión de la fiscal general de no postularse para la Presidencia en 2025.

“Ella es el principal referente del anticorreísmo, pero aún no existe un candidato claro que pueda captar ese electorado”, dijo Ortiz. Además, tanto ella como Borja coinciden en que el presidente Noboa no podría atraer el voto anticorreísta, pese a su empeño por eliminar al Movimiento Construye de la palestra pública.

Por otro lado, Basabe sostiene que un nuevo candidato outsider podría surgir de ese vacío electoral. Según explica, María Paula Romo tendría más opciones para atraer a ese sector si decide ser candidata. “También sería interesante ver a Henry Cucalón o Cristina Reyes en la contienda, son personajes jóvenes y podrían marcar la diferencia”, indicó el analista.

Borja añadió que ni el correísmo ni el anticorreísmo, por sí solos, alcanzarán los votos suficientes para ganar la Presidencia en febrero próximo. En ese sentido, explica que los nuevos presidenciables deberán apostar por más de una estrategia que conquiste al menos a la mitad del electorado.

La falta de agenda del correísmo malogró el juicio político a Salazar

“El principal error del correísmo fue poner como su principal enemiga a Diana Salazar”, dijo Santiago Basabe. Para el analista, no existe una agenda política más allá del objetivo de la Revolución Ciudadana de destituir a la fiscal.

Según Basabe, la imagen y agenda de Rafael Correa como principal referente le ha costado fuerza política a la Revolución Ciudadana, por lo que se ha limitado a seguir una agenda jurídica para anular los juicios contra el expresidente, sentenciado a ocho años por el caso Sobornos 2012-2016.

Otro de los errores del correísmo fue intentar fusionar el caso Metástasis con el juicio político a la fiscal, asegura Sara Ortiz. El objetivo de deslegitimar a la fiscal en la Asamblea, mediante un careo con el exasambleísta Ronny Aleaga, resultó en un fuerte golpe que debilitó aún más la imagen del correísmo de cara a las próximas elecciones presidenciales.

“Fue una torpeza política que la Revolución Ciudadana decidiera defender a Aleaga por decisión de Rafael Correa”, concluyó Borja. Para la panelista, el constante error de maniobra política del correísmo se demuestra en la pérdida de espacios de poder del correísmo. “Incluso en la Asamblea, son la primera minoría, pero ya no son tantos como antes y sus asambleístas seguirán saliéndose de a poco”, afirmó.

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