Desde la Capitanía de Puerto de Manta zarparon las embarcaciones que realizan operaciones de control de las áreas protegidas del Parque Nacional Machalilla.
Los uniformados bordean la costa en esa zona de la provincia de Manabí debido a que durante el feriado, un grupo de personas se instalaron en carpas en la playa de la isla Salango alterando el ecosistema.
De acuerdo a los reportes, ingerían licor y escuchaban música con un parlante al que habían conectado mediante generadores de energía que habían ingresado a la playa de la isla.
Las autoridades fueron alertadas mediante una denuncia que evidenció lo ocurrido en el lugar al que normalmente se lo ha identificado como hogar de varias especies protegidas. De inmediato, se procedió a sacar a los turistas que infringían la ley.
Sin embargo, las primeras denuncias se originaron el viernes 24 de mayo en el portal Bitácora Ambiental, una plataforma digital de periodismo, que mostró mediante fotos y video como personas sobre motos de agua y música a toda volumen se encontraban en la zona.
Franklin Vega, director de Bitácora Ambiental, fue consultado por este medio y expresó que hace 10 años, aproximadamente, el Estado no cobra por el ingreso a áreas naturales protegidas y eso tuvo un efecto negativo y “se fue en contra de estas áreas”.
Se trató de una medida para democratizar el acceso a estos espacios que, a criterio de Vega, perjudicó a la conservación y la naturaleza. “Machalilla está en abandono desde el 2018. Han pasado más de 16 directores que no pueden actuar por las presiones de los habitantes de Puerto López. Incluso se toman los nombres de Grupos de Delincuencia Organizada para amedrentarlos”, denunció el periodista.
¿SABÍAS QUE?
El Parque Nacional Machalilla es una de las primeras áreas protegidas del país. Su declaratoria se realizó en 1979 como reconocimiento a la importancia de la zona y a la urgencia de proteger sus ecosistemas; sin embargo, en los últimos años los visitantes hacen caso omiso de las reglas para su cuidado.
Reaccionan los Ministerios de Turismo y Ambiente
El primero en aparecer en redes sociales fue el ministro de Turismo, Niels Olsen, que dijo que “es inconcebible (por no utilizar otro adjetivo) que un grupo de personas ingrese con cervezas, música y hasta perros a una playa ubicada dentro de un área protegida”.
De su parte, la ministra de Ambiente, Sade Fritschi, reiteró que “las áreas protegidas son zonas sensibles donde es inadmisible que personas ingresen para generar desorden“. Explicó que “los ciudadanos deben comprender la fragilidad de estas delicadas zonas y ser parte del cambio, con responsabilidad y consciencia”.
Además, la funcionaria pidió denunciar estos casos llamando al ECU 911, ya que así fue como las autoridades lograron conocer lo que ocurría y permitió que todos los infractores fueron desalojados del área. Ante esto, la autoridad de Turismo pidió que se aplicara “todo el peso de la ley” a los infractores.