El día de la consulta popular el Gobierno anunciaba una goleada y un cambio en el gabinete, Mónica Palencia se retiraba de la cartera de gobierno y en su reemplazo llegaba Michelle Sensi-Contugi, sin dejar su cargo de secretario nacional de Inteligencia ni las delegaciones presidenciales en los directorios de Cnel, Celec, Petroecuador, Flopec, Astinave y Santa Bárbara.
Tres semanas lleva en el cargo y no ha tenido ninguna aparición pública. Sin embargo, en el Palacio de Gobierno sostienen que es un visitante habitual del despacho presidencial. Su relación con el Jefe de Estado es cercana, son amigos y consta en registros que contribuyó USD 25 mil para la campaña electoral de Noboa.
Pero al ministro por fuera del Palacio no le conocen la voz y el país no sabe cómo piensa la política ni cómo la gestiona. Lo que sí se sabe es que Michelle Sensi-Contugi tiene dos sombreros, el de ministro de Gobierno y el de secretario de Inteligencia, dos cargos que en teoría deberían tratar asuntos distintos.
El Centro de Inteligencia estratégica en el papel, es el espacio donde se produce inteligencia estratégica y contrainteligencia para coordinar y alertar en la toma de decisiones del nivel político y político estratégico. Esto en función de los intereses del Estado, y esa es la delgada línea. En otros países, la información recabada ha sido usada para destruir a los opositores y allanar los caminos a los intereses políticos de quienes detentan el poder, pero eso es en otros lados.
Acá no se sabe bajo qué principio se conjugan los dos cargos ni cuál es el objetivo. Está claro que no es para determinar políticas públicas ni para generar debates, al menos hasta ahora eso no se ha visto. Sobre esa realidad nacen preguntas como si el Ministerio de Gobierno es todavía el Ministerio de la Política o se transfiguró en el Ministerio de la Inteligencia.
El ministro se apalanca en la experiencia legislativa del viceministro de gobierno, Esteban Torres, entonces, Sensi-Contugi analiza y planifica, Torres es la mano ejecutora.
El último viernes, antes de la gira europea del presidente, hubo una reunión con la bancada legislativa oficialista donde se establecieron las líneas generales de una acción que se busca sea más práctica: que el bloque sea la primera línea de defensa del Gobierno ante cualquier situación que se presente.
La gestión política luce más como una gestión de lealtades, y la ciudadanía, al margen, porque hay un proyecto en el que la articulación con lo público se encuentra en un segundo lugar, si se quiere ser generoso.